lunes, 15 de octubre de 2012

01. PERTENEZCO A UNA SOCIEDAD. SEGUNDA PARTE

VIDA PERSONAL Y VIDA COMUNITARIA
Es evidente que existimos. Cada mañana después de levantamos, damos un ligero vistazo al espejo y ahí estamos: personas con unas características físicas concretas. Poseemos un cuerpo, una inteli­gencia, unos deseos, unos temores, un espíritu. También poseemos cosas que nos ayudan a vivir y que nos facilitan el trabajo. Todo esto, nos permiten llegar a una primera conclusión: Yo existo.
Pero más allá de nuestra habitación se mueve un mundo maravi­lloso, de posibilidades y, sobre todo, de gente que nos ama, y nos sirve, o gente desconocida, pero que hace realidad una segunda conclusión también evidente: vivo en sociedad.
Persona y sociedad no deben entenderse como las caras opuestas de una moneda, sino como dos realidades que se complementan.

LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD
Los medios de comunicación y de transporte han producido una aparente reducción del tamaño del mundo. Esto quiere decir que, aunque las dimensiones reales de la Tierra permanecen invaria­bles, el mundo ha llegado a la gran mayoría de las casas por medio de la televisión, la radio, las revistas y periódicos y las computa­doras. También es posible realizar largos viajes en corto tiempo, explorar pueblos hasta hace poco desconocidos o realizar negocios con empresas de países lejanos.
Los medios de comunicación y de transporte, unidos al inter­cambio cultural y a las necesidades crecientes del hombre de hoy generan dos fenómenos que enriquecen la vida social. Estos son:
• La interdependencia mutua, debida a que cada persona nece­sita de los demás para cubrir sus necesidades básicas y, a la vez, muchas personas ofrecen servicios que cubren las necesidades de los demás individuos.
• La unificación creciente del mundo, de la que son ejemplos los tratados de integración, intercambio comercial y cultural que con frecuencia firman las naciones. Esta integración tiende a hacer desaparecer las fronteras y a unir a los pueblos entre sí, para la construcción solidaria de un mundo mejor.

VALORES SOCIALES AL SERVICIO DE LA PERSONA.
La vida en sociedad debe promover el desarrollo de valores, tales como: el servicio, la aceptación y promoción del otro, la acción en favor de los demás, principalmente de los más necesitados y la promoción y cumplimiento de los deberes y derechos personales.
Cuando se ponen en práctica los valores enumerados anterior­mente las personas desarrollan sus cualidades y alcanzan sus metas personales, más fácilmente
La acción conjunta entre persona y sociedad debe producir la transformación del mundo y la creación de condiciones mejores de vida para los hombres de hoy y para las generaciones futuras.

VALORES PERSONALES AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD
Así como la sociedad promueve valores que enriquecen a la per­sona, también la persona posee valores que hacen posible la vida social. Entre ellos tenemos:
• La inteligencia, entendida como capacidad creativa y valorativa.
• La voluntad, considerada como la posibilidad de actuar bus­cando mejorar las condiciones de vida de un determinado grupo social.
• La conciencia, entendida como la capacidad de diferenciar el bien del mal.
• La fraternidad, entendida como el valor que nos permite con­siderar al otro como hermano.
• La responsabilidad, entendida como el conocimiento y puesta en práctica de nuestro papel como agentes de cambio social y constructores de una nueva historia.
Dicho esto, podemos concluir que el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la sociedad están íntimamente con­dicionados.
 
EL APORTE DE LA FAMILIA A LA VIDA SOCIAL
La familia es comunidad, entendiendo la palabra comunidad como la unión de personas por un vínculo tan estrecho que supe­ra toda individualidad. En la familia se realiza de forma clara el ideal de persona y sociedad; es allí donde comienza la formación de los valores personales y sociales anotados anteriormente.
La familia prepara a la persona para la vida comunitaria median­te la vivencia del amor, la aceptación del otro y la transmisión de conocimientos. También la familia tiene una misión importante en la transmisión de la fe, mediante el ejemplo y la palabra de los mayores, la oración en familia, la participación en las diferentes celebraciones de la Iglesia y en las acciones que pide cada día una fe en Dios y de servicio a los demás.

PELIGROS DE LA VIDA EN SOCIEDAD
Terminemos llamando la atención sobre dos grupos de peligros que obstaculizan la vida social, los que dependen de la persona y los que dependen de la sociedad. En el primer caso debemos señalar la soberbia que se manifiesta como un amor propio des­medido que lleva a la persona a considerarse superior a los demás, y el egoísmo que cierra el corazón del individuo a la comunica­ción de ideas y de bienes con otras personas.
En el segundo caso es necesario tener en cuenta que la naturale­za humana, inclinada al pecado, genera muchas veces relaciones en la que unos explotan a otros, creando de esta manera situa­ciones de injusticia y también, con frecuencia, utiliza el engaño presentando falsas expectativas sobre la realidad o promoviendo estructuras injustas.


ACTIVIDAD
 
1. ¿En qué consiste la vida individual y la vida comunitaria? Determina algunas semejanzas y Diferencias.

2. Explica los siguientes conceptos:
2.1. Globalización.
2.2. Interdependencia mutua.               
2.3. Unificación creciente del mundo.

3. Las personas y la sociedad poseen valores que están al servicio mutuo, asimismo existen peligros que pueden impedir su estrecha relación. Completa el siguiente cuadro anotando los valores y peligros de la vida personal y social,

PERSONA
SOCIEDAD
Valores
Peligros
Valores
Peligros





4. ¿Cuál es el aporte de la familia a la vida individual y a la vida comunitaria?

5.Analiza el significado de las siguientes expresiones:
5.1. Servicio mutuo. Da un ejemplo.
5.2. Aceptación del otro. Especifica con un ejemplo.
5.3. Promoción del otro. Señala con un ejemplo.          

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